
De esta manera y como si viviera en el mundo perfecto, Néstor Kirchner en casi todo el planeta bonaerense salió a agradecer a sus electores por el respaldo brindado el 28-J donde entre otras pavadas llama a mantener “la lucha para construir una patria más grande y más justa”. Y aquí nos detenemos porque nos cabe un par de preguntas: “la lucha” que implora ¿empezó alguna vez? O en todo caso ¿recién ahora Don Néstor para construir “una patria más grande y más justa”? Nos parece que tarde piaste man.
Ahora bien, suponiendo que sea verdad y que de las neuronas del flamante diputado haya salido semejante chamuyo impreso en el majestuoso y costoso afiche desparramado por toda la provincia, lo curioso, patético y cuasi escalofriante es la prédica celestial que emerge con tono de suplica al inicio de su arenga: “El esfuerzo de esta campaña me sirvió para sentir en cada mirada, en cada abrazo, en cada gesto, el afecto de los más humildes"
Poco creíble Kirchner, después de tiempos de poder absoluto, de oportunidades desperdiciadas en trivialidades y egoísmos cuando no de corrupción dominante, cuesta creer que de sus poros destile sentimientos, justamente para que sienta el afecto de los más humildes.

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