TODO EN CALMA, POR AHORA
Un largo suspiro de desahogo se percibió ayer sobre las alfombras del Gobierno. La CGT no se había roto, por ahora. Cualquier otra alternativa era desastrosa para la administración. Hugo Moyano es el gran aliado que aún les queda a los Kirchner. No es un amigo fácil ni generoso, pero es un amigo al fin, quizás el único importante en un erial de deserciones. Los "gordos", los "flacos" o los "famélicos", según la extraña jerga del sindicalismo, podrían ser decisivos para alterar la paz social o para quebrar el precario equilibrio de una economía con serios problemas era tan mala como una CGT dividida sin Moyano... Clic acá para leer la Editorial completa
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