miércoles, 24 de febrero de 2010

1 de marzo día del ferroviario


NUESTRA HISTORIA

El 1º de marzo de 1948 se creaban las empresas estatales ferroviarias y culminaba la compra de los trenes ingleses y franceses por parte del gobierno. Aunque se hizo en condiciones altamente beneficiosas para el imperialismo Ingles, fue una medida muy importante a favor del país. Desde 1854, los ferrocarriles fueron una herramienta clave para unir las enormes distancias del territorio nacional. Nacieron por impulso del Estado, y daban ganancias, con tarifas inferiores de las de los incipientes ferrocarriles privados. A fines de la década de 1880, el presidente Carlos Pellegrini y su vice Julio A Roca, comenzaron a entregar los servicios estatales ingleses y también franceses, que desde entonces fueron sacando fabulosas ganancias.

La nacionalización fue también negocio para los ingleses
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, a mediados de la década de los 40, el imperialismo inglés estaba en total decadencia. En los hechos, iba dejando de funcionar el pacto colonial firmado en abril de 1933 por el gobierno pro británico de Agustín P. Justo (conocido como Roca-Runciman). Por su parte, la Argentina atravesaba un período de tremenda bonanza económica. Los gobiernos patronales argentinos habían ido entregando a los capitales imperialistas las líneas férreas que podían dar suculentas ganancias, en las zonas de alta producción. El ferrocarril estatal, considerado de “interés público”, cumplía con el deber de llegar a zonas más pobres o de poca densidad de población. Y ninguna línea estatal tenía acceso a Buenos Aires. El viejo truco: privatizar las ganancias y que las pérdidas las paguen… los pobres. De todos modos, desde la crisis del 29 los ferrocarriles ingleses estaban en decadencia y el imperio quería desprenderse de ellos.
Al asumir Perón la presidencia en 1946, comenzaron las negociaciones con los ingleses, que intentaron imponer una sociedad mixta, antes de que en 1947 venciera la concesión. El imperialismo yanqui, que avanzaba sobre toda América Latina, acechaba para quedarse con los trenes, y frustró ese el proyecto.
A fines del 46 el gobierno compró las empresas francesas, y en febrero de 1947 las inglesas. El 1º de marzo de 1948 se realizó el acto formal de posesión por parte de las empresas del Estado de las líneas San Martín, Belgrano, Mitre, Urquiza, Roca, Sarmiento y Patagónico. Hubo una gran concentración en Retiro, a la cual no pudo asistir el presidente Perón, que había sido operado de apendicitis. De todos modos, la estatización fue un gran paso adelante. En manos privadas eran una herramienta de la dependencia y el atraso del país, al servicio exclusivo de producir ganancias a sus dueños imperialistas. Gracias a la estatización, se pudo acceder al puerto de Buenos Aires y otras importantes salidas de los cereales y las carnes, se fue ampliando el kilometraje de vías férreas y la cantidad de formaciones, para carga y transporte de pasajeros (con tarifas accesibles), y hubo un gran desarrollo de la industria ferroviaria. Junto con otras medidas de nacionalizaciones y planificación económica, los ferrocarriles estatales fueron parte de mejoras importantes para las condiciones de vida de los trabajadores urbanos y rurales, en el empleo, salud, educación, vivienda, deportes y vacaciones.




UNA HERIDA ABIERTA




A partir del golpe gorila y oligárquico de 1955, la Argentina se transformó nuevamente en semi colonia, esta vez del imperialismo yanqui. Se sucedieron distintos proyectos y avances de privatización. Frondizi y su ministro Alsogaray prepararon con los yanquis y el Banco Mundial el Plan Larkin, y en 1960 se aplicó el Plan Conintes, que militarizó al personal ferroviario. La huelga de 1962 frenó aquella ofensiva, pero siguieron otros intentos. Alfonsín auspició el gerenciamiento privado y la suspensión total de inversiones, mientras crecieron el vaciamiento y la corrupción.
Será un gobierno peronista quien liquide definitivamente esta conquista, privatizando por completo la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos, en 1990. Fue Carlos Menem, con su ministro de Economía Felipe Cavallo y la complicidad de la cúpula de la Unión Ferroviaria, con José Pedraza. Derrotada la heroica huelga de 1990-91, quedaron despedidos decenas y decenas de miles de trabajadores. En menos de diez años, se levantaron el 66% de las vías. Desaparecieron los trenes de larga distancia que unían todo el país, infinidad de pueblos quedaron aislados, y se redujo a un mínimo ese transporte barato, popular y no contaminante. Los Kirchner, mantienen las privatizaciones de Menem y regalan jugosos subsidios a los empresarios, mientras millones viajan peor que ganado.



AHORA VERAS CARAS EXTRAÑAS






Seguramente este 1 de Marzo veras a los verdes hablar del día del ferroviario, sin explicar que festejamos; la estatización como herramienta y resorte de una economía nacional al servicio del pueblo. Y es lógico que sea así porque ellos fueron cómplices de la entrega de los ferrocarriles, la reducción de servicios y la entrega de 90.000 ferroviarios que pasaron a ser desocupados. Nosotros pasamos a ser trabajadores flexibilizados con los peores salarios, en donde un peón de limpieza tenía un básico de $289- y un asistente operativo $310. Así durante 7 años donde la única lista, la verde de Pedraza con la patronal en conjunto, nos garantizaron salarios desdoblados y de hambre con pésimas condiciones de trabajo, entregando el convenio ferroviario a espalda de los trabajadores. Desde el surgimiento de la lista Bordó empezamos a discutir en asambleas eligiendo paritarios con mandato de base, donde nosotros decíamos cuanto queríamos ganar y en qué condiciones debíamos trabajar, frenando la flexibilización laboral, persecuciones, sanciones y despidos. Desde la lista Bordo seguimos reivindicando un ferrocarril al servicio del pueblo y no de las ganancias empresarias, (y menos de las sociedades con estos paracitos tipo UGOFE), seguimos creyendo que solo el Estado con una política clara puede unir todos los rincones del país para brindar un servicio social, que la carga, esa que da ganancias no esté en manos de empresarios sojeros como Urquía (senador del PJ) como benefició propio, con trabajadores que cobran la mitad de sueldo que nosotros, con planes trabajar como la empresa CEFECHA del chaco, o la decadencia que vemos en el provincial con eternos trabajadores contratados con salarios miserables gracias a la complicidad y entrega de la VERDE. Por eso este primero de marzo desde la bordo seguimos reivindicando el ferrocarril al servicio del pueblo, y el sindicato al servicio de los trabajadores

1 de marzo día del ferroviario




Por un sindicato al servicio de los trabajadores y un ferrocarril al servicio del pueblo






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