Con tipos así, ¡que difícil se va a poner discutir salarios!

Sin dudas, aunque suene paradójico, el “otro” ganador de la derrota oficialista ha sido el soldado K Hugo Moyano que esta semana selló con su particular estilo el modo de demostrar que no siempre las derrotas son tan malas como parece y que de ellas siempre se pueden obtener brillantes beneficios, para él claro.

Tras el llamado de Cristina al diálogo y hablar de una sospechosa reforma política donde además ensayó un cambio de gabinete como para no cambiar nada, el líder cegetista mostró los dientes cuando rozaron intereses muy particulares que atentaban con su estabilidad al frente de la central obrera, dicho sea de paso, demandada por los gremios que cuestionan su forma muy oficialista de conducirla.

Después de la tremenda paliza recibida el 28-J y calmados los ánimos en la quinta de Olivos, lo que ha quedado demostrado es que Cristina sigue siendo más testimonial que nunca en ejercicio del poder y por más que se esfuerce en exponer lo contrario quien reformula los designios de la patria sigue siendo el mariscal de la derrota, es decir: su marido. Prueba de ello quedó expresada en estos días con Moyano.

Oportunamente, el camionero al observar a un PJ desparramado, con “traidores intendentes testimoniales” y una banda de gobernadores en plena retirada del paraguas kirchnerista, optó por lo que mejor sabe hacer: el apriete. Dicho en otros términos el pase de factura que amerita en estos casos tras el silencio sepulcral de demandas conjurado con el ex presidente antes de los comicios.
Tras la embestida del camionero, era obvio que el diputado electo en ejercicio del poder legislativo NK debía pagar los compromisos asumidos porque de ninguna manera podía sumar otro frente de tormenta ante el éxodo masivo de los otrora aliados. De ésta manera y poniendo en ejecución el “operativo venganza” sin ponerse colorado de verguenza plasmó en los hechos las ofrendas prometidas de antemano, todo con el propósito de sostener a Hugo Moyano como el aliado numero uno del “modelo” que se empecina en profundizarlo y por ende como el soporte de futuros conflictos laborales. No le fue mal a Néstor K y a Moyano mucho menos.

Semejante respaldo de la CGT al modelo en curso tiene su precio, el marido de Cristina, con pleno poderes, logró que habilitaran una remesa de $ 256 millones para la Administración de Programas Especiales, la oficina que controla el dinero de las obras sociales gremiales y, desacreditando al nuevo Ministro de Salud - Juan Luís Manzur - restituyó al frente de esa Administración a Hugo Sola, médico de la obra social de los camioneros. También accedió al reclamo de recomposición salarial del sector que se hará con financiamiento del Estado y, como si todo esto no bastara, a la central obrera también le toca, por decisión soberana del santacruceño y electo diputado bonaerense, ser parte del control de Aerolíneas Argentinas.

Un claro triunfo del camionero Moyano con un alto precio que pagarán todos los trabajadores en el futuro inmediato.

Entonces, cuando decimos que con tipos así la pelea por el salario se va a poner difícil, lo decimos desde el convencimiento del marco político que gobierno y Moyano se encargaron de construir hace unos días. Difícilmente todos los trabajadores tengamos la posibilidad de reclamar salarios dignos porque controlado el líder cegetista, controlados están los gremios adictos, la Unión Ferroviaria que conduce Pedraza entre ellos, por hablar de un caso en particular.

En este contexto es muy difícil que se rompa el techo salarial que seguramente impondrá el testimonial gobierno de Cristina basado en los mentirosos números del INDEK y que seguramente contará con el guiño de la Unión Industrial Argentina, cuando no, y como "Plan B", resurgirá nuevamente la no menos famosa “suma fija” a cuenta de futuras discusiones que no nos cabe la menor duda que “esa discusión” será pateada para el 2011. Todo un tema.

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