
No pasó mucho tiempo de toda aquella fanfarria que 60 días después el denominado “tren electoral” dejó de funcionar y, como si fuera poco, no tiene fecha cierta para que vuelva a circular. Tal como sucede en estos casos, las culpas siempre son del otro y nunca compartidas.
Más allá de estas insalvables cuestiones, lo que nos ocupa y preocupa es el despilfarro de dinero invertido en un tren en el cual no viaja nadie y sólo da pérdidas. Pérdidas que sumado a los 100 millones invertidos todos los seres vivos de este bendito suelo terminamos pagando habida cuenta de la triste política de subsidios que el matrimonio gobernante no para de seguir profundizándolo.
Te invitamos a que hagas clic acá y leas todo el artículo publicado en Critica de la Argentina, vas a entender este laberinto de incoherencias Kirchnerista donde sólo los argentinos nos jactamos de semejante lujo.


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